2018

 

Seseña (Toledo)

7.862 m2

Carmelo 1562, SL – Fundación Virgen de la Misericordia

El colegio nace como respuesta a la demanda creciente de equipamientos educativos en “El Quiñón”, un barrio-ciudad de bloques de viviendas fruto del desarrollismo urbano desaforado. Situado en el límite de este sector, su extremo norte lo ocupa un parque que sirve de telón de fondo para orientar hacia allí las aulas. Su condición de equipamiento se manifiesta en el contraste con el resto de los edificios significándose en un prisma blanco, luminoso y lúdico, como son sus singulares huecos circulares. De planta cuadrada y tres alturas, las dos últimas se ordenan en bloques paralelos a la calle conectados por pasarelas de comunicación y servicios. El conjunto se concibe de este modo como una retícula de múltiples conexiones que favorece las posibles alternativas de acceso a las aulas en función de los ciclos formativos, así como la facilidad de desalojo y evacuación en caso de emergencia.

 

Un cuadrado perfecto de 64 metros de lado es perforado estratégicamente por patios que permiten la entrada de luz y funcionan como mecanismos bioclimáticos. Toda la región de La Mancha es ejemplo de este recurso de regulación térmica que aquí se aprovecha como extensión exterior de las aulas y zonas comunes.

 

Uno de los retos que tiene la educación en estos momentos es su imposibilidad de planteamientos estáticos, que pasa por adaptarse a esta incertidumbre mediante una mayor flexibilidad. Este centro es un prototipo madurado de esta estrategia: el espacio en forma de cruz que se sitúa en su planta baja se plantea como centro de actividades que permite distintas transformaciones con múltiples posibilidades pedagógicas.  

 

Un orden abierto de agregación de piezas y variabilidad de estas en todas las escalas, desde los bloques del edificio a cada aula hasta los elementos que componen el cerramiento. Así, estableciendo pautas de montaje precisas, no se impide cierta riqueza en la envolvente con figuras quebradas en la fachada que dan dinamismo al conjunto. Se establece así la estrategia general para resolver toda la piel del edificio: los distintos cerramientos que la componen se van acoplando en sucesivas capas. Esta, se presenta en distintos acabados según la orientación donde se disponga y los usos que tenga. A norte, la captación de luz es lo fundamental y abunda el panel doble de policarbonato coincidiendo con las aulas en toda su altura. A sur, se mantiene la utilización del policarbonato y vidrio, pero interponiendo por el exterior chapa perforada que tamiza según los ángulos la entrada del sol. A este y oeste, esa chapa, minionda blanca, se transforma en opaca.

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